Me gustaría que la gente pudiese entender el proceso de terapia como yo lo veo, tanto desde la perspectiva de paciente, como la de terapeuta.
La terapia es un viaje, que te lleva al viaje a través del pensamiento y de las emociones, a lugares recónditos de ti mismo.
Muchas veces te lleva a lugares a los cuales a veces no quieres entrar... a selvas oscuras, con demonios escondidos, nacidos de experiencias pasadas, que de alguna manera te cohiben, y te impiden traspasar fronteras para llegar al destino deseado.
A través del viaje que es la terapia, se te invita a visitar a esos demonios, entender sus razones, conocer los motivos que hacen que ahí se encuentren. Creo que esos demonios se traducen en los miedos más grandes que nos acongojan.
Los llamamos así demonios, porque asustan. Porque llegar a ellos da miedo, y la mayoría del tiempo preferimos evadirlos.
Y te preguntarás... ¿Cuál es el miedo? ¿Por qué no poder llegar a ellos?
La respuesta tiene que ver con su origen, y el motivo de que estén ahí. Esos demonios están ahí porque nacieron como un mecanismo de defensa ante situaciones dolorosas.
Y por eso dan miedo, porque para enfrentarlos (o más bien "conversar" con ellos) debemos ir a esos momentos: donde nos hirieron, donde la vida dolió. Donde otros, con o sin querer nos rompieron un poco.
La mayor parte de las veces preferimos no ir ahí... y continuar con nuestro viaje sin detenernos, sin pensar ni sentir... Sin cuestionar nuestras viciosas formas, que de alguna manera están moldeadas por esos demonios que habitan nuestras cavernas.
Lo que hacemos a través de este viaje hermoso que es la terapia, es tomar distintas direcciones, deteniéndonos de manera enfática en ciertas cavernas para sentarnos con esos demonios. Y sí, ir hacia el fondo de estos momentos que nos hirieron, pero con una nueva mirada, una mirada compasiva y re-constructiva.
Como puedes ver, no es un viaje fácil, y ciertamente debes elegir a un buen copiloto, que vendría siendo quien te acompañe, y a veces te invite. a tomar ciertas direcciones de pensamiento, pero ciertamente el que maneja el vehículo eres tú.
Quienes se atreven a tomar este viaje son los más valientes. porque se atreven a desafiar a su propio ser; a su propia alma.
Sin embargo, la terapia es el viaje más hermoso.
De ese viaje, nunca sales igual.
De este viaje sales en consciencia plena, sin limitantes, entendiendo tus demonios, sus razones y sus formas.
Entendiendo que todo lo puedes si te quitas las cadenas que te detienen. Los demonios que te limitan.
De ese viaje sales en libertad completa.
Y tú, ¿te atreves a tomar este viaje?
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